Cuando vine hace 35 años, me dieron tres consejos que hasta ahora me acompañan, que servirán también para mi regreso definitivo a Suiza tanto para mi reinicio en mi patria original como también para ustedes, tanto para vuestra vida individual, como para ustedes que son Ekklesia y que tienen la tarea de seguir adelante, llevando la responsabilidad de esta obra en la que Dios los ha puesto.